Síndrome postvacacional

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Síndrome postvacacional

Que alguien se ponga de «mala leche» porque se le acaban las vacaciones es algo más que habitual. A todos nos ha pasado o incluso nos pasa cada vez que nos reincorporarnos al trabajo o tenemos que volver a nuestra «normalidad» laboral. Pero, a algunas personas el efecto se les va tanto de las manos que llegan a sufrir cambios que repercuten, desfavorablemente, en su calidad de vida. Es lo que se conoce como síndrome post-vacacional. Síndrome para algunos, enfermedad para otros.

Se produce porque la persona fracasa en su proceso de adaptación a la vuelta a su actividad rutinaria.

A esto puede contribuir las vacaciones agotadoras en las que no se ha descansado bastante y la falta de motivación laboral que ya suele estar presente antes de las vacaciones.

Las personas, habitualmente, necesitan una serie de condiciones para desarrollar su actividad y organizar una vida con un ritmo con el cual se sientan a gusto y su rutina ha de depender de sus biorritmos particulares. Durante las vacaciones ese ritmo de vida suele sufrir unos cambios significativos: No se trabaja, se descansa más, se suele hacer la siesta, se tiene, generalmente, una vida nocturna más activa y se retrasan las horas de acostarse y levantarse. En resumen, se cambian muchos de los hábitos, incluso el de las comidas, y como consecuencia, se alteran los biorritmos.

El regreso a la actividad ordinaria supone un cambio brusco para el organismo. En el momento de la reincorporación, nuestro organismo debe acoplarse rápidamente y si no lo hace, hay una falta de coordinación entre lo que la vida exige y las capacidades que se tienen. Todo esto se empeora si hay falta de motivación.

Lo mejor que podemos hacer para evitar el síndrome es prevenir su aparición a lo que pueden ayudar estas medidas:

  • Mantener cierto horario permita que se sigan de alguna manera los biorritmos particulares.
  • Volver progresivamente, aunque no sea de forma completa, a la rutina habitual para que el cambio no sea dramático.
  • Evitar una motivación personal excesivamente centrada en las vacaciones, lo que se puede conseguir teniendo aficiones que no vayan unidas, sólo, al periodo del año en el que se encuentre cada persona y dividiendo el periodo vacacional en partes.
  • Procurar no tener demasiado trabajo acumulado a la vuelta al trabajo. para lo que es conveniente establecer una planificación adecuada, es decir, un plan que intente afrontar las tareas pendientes con un orden lógico de prioridades.

Si reconoces tener síntomas parecidos a los descritos, consúltanos, podemos ayudarte a reconocer tu dolencia y ofrecerte soluciones adecuadas si se presentan problemas leves de astenia, ansiedad o insomnio o de derivarte al psicólogo o al médico cuando la situación lo requiera.

Consejos antes, durante y después de las vacaciones

  • Planifica un lugar de vacaciones apto para toda la familia.
  • Deben suponer un periodo de tiempo de descanso.
  • Practica hábitos de vida saludables (ejercicio físico).
  • Mantén un hábito dietético sano.
  • Intenta mantener los mismos horarios.
  • Al finalizar las vacaciones vuelve progresivamente a la rutina.
  • Intenta mantener las aficiones iniciadas durante el verano.
  • Cuando te incorpores de nuevo a tu vida ordinaria mantén un orden de prioridades.

Esperamos que estos consejos sean útiles para ti y recuerda que si tienes cualquier duda, consulta o necesitas consejo al respecto, puedes contactar con nosotros a través de nuestro formulario de contacto o pasarte por la farmacia, estaremos encantados de ayudarte.

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