En una entrada anterior estuvimos analizando los efectos de las picaduras de los insectos en el verano. Pero existen otras picaduras que nos interesan en este periodo: En este artículo nos vamos a fijar en dos de las que, más corrientemente, pueden estropearnos el disfrute del baño en el mar e incluso los de los días siguientes.
Las medusas son un peligro cuando nos bañamos en el mar. Normalmente son difíciles de ver porque son casi transparentes, solo si se presentan en forma de bandadas, su aparición, en nuestra zona de baño, se hace evidente. Cuando esta presencia es tan elevada que se puede considerar plaga, las autoridades sanitarias suelen informar de su llegada a nuestras costas lo que nos puede permitir adoptar ciertas medidas preventivas para evitar el contacto con ellas.
Su cuerpo posee unas células que, cuando te rozan el cuerpo, se desprenden y el veneno que contienen en su interior penetra por la piel y origina unos efectos leves, en general, pero muy molestos. Estos efectos se manifiestan en forma de dolor y ardor inmediatos, para más tarde aparecer inflamación, enrojecimiento y, a veces, sangrado en el lugar de la picadura. Estas molestias suelen durar hasta 3 o 4 días. En los casos más graves, los síntomas que tendrá el afectado se asemejan bastante (urticaria y/o dificultad respiratoria) a los de una alergia, aunque la verdadera alergia a la picadura de medusa es muy rara.
Evitaremos las picaduras de medusas estando atentos a la información que suministran las autoridades y observando la orilla de la playa porque, en caso de plaga, las veremos depositadas allí. En nuestras manos está que valoremos la información que tengamos y si concluimos que el riesgo de sufrir la picadura es elevado, nos abstengamos de introducirnos en el agua.
Otra cuestión que influye es el oleaje excesivo porque la acción de las olas puede romper los tentáculos y los trozos flotantes resultantes quedan activos y son más difíciles de apreciar por lo que aumenta el riesgo de contacto y por eso, en este caso, habría que extremar las precauciones.
Aunque las picaduras de pez araña no son tan frecuentes como las de las medusas, todos conocemos personas que la han sufrido, sabemos cómo duele y sus consecuencias son peores que las de las picaduras de medusas, por eso parece interesante conocer algo sobre ellas.
Es un pez, común en las aguas del mar Mediterráneo, vive semienterrado en el barro o en la arena de las aguas poco profundas. Nos podemos topar con él al pisarlo mientras nos bañamos o al pescarlo. Su aleta dorsal tiene unas puas venenosas. Si penetran en la piel inyectan una sustancia que inmediatamente da lugar a un dolor intenso seguido de hinchazón en la zona, rojeces…hasta, a veces, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Su veneno se destruye con el calor.