IMC: Índice de Masa Corporal

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IMC: Índice de Masa Corporal

Acabamos el  anterior contando cómo se puede calcular el IMC, un índice que, en términos generales, nos permite enterarnos de si estamos en el peso ideal o de si tenemos que hacer esfuerzos, modificando nuestros hábitos alimentarios, para llegar a ese punto, porque, en realidad , el IMC nos da idea de la cantidad de grasa corporal que tenemos. Recuerda que:

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Donde P es el peso en kilogramos y

T2 es la talla, en metros, elevada al cuadrado.

Una vez hecho el cálculo, tenemos que compararlo  con unos valores predeterminados. Y así, si obtenemos un valor:

  • Inferior a 18,5: estamos bajos de peso.
  • Entre 18,5 y 24,9: nuestro peso es normal.
  • Entre 25 y 29,9: en sobrepeso.
  • 30 o más: estamos obesos.

 

La comparativa, en los adultos, se lleva a cabo de manera directa, sin que tengas que hacer ninguna corrección, como si ha de hacerse para los niños (te lo explicamos más abajo)

También debemos advertir que, aunque en la mayoría de los adultos la cifra obtenida es bastante fiable, hay excepciones:

– El músculo pesa mucho más que la grasa y, por lo tanto, una persona muy musculosa, el caso de algún atleta, puede presentar un índice elevado, sin que ello signifique que tiene ni demasiada grasa  ni demasiado peso.

– Toma nota de que, si tienes más de 65 años, quizás que te convenga tener un índice alto (entre 25-27) porque éste  puede ayudarte a protegerte contra  la pérdida de volumen de los huesos, como pasa en la osteoporosis tan frecuente en la vejez.

-El índice necesita correcciones si tu estatura se aparta mucho la media porque, de no hacerlas, alcanza a unos valores demasiado altos en personas bajas y demasiado bajos en personas altas, el dato que se presenta es poco realista y puede llevarnos a conclusiones  erróneas.

-Durante la infancia, el IMC es cambiante y los valores directos no sirven para saber si un niño o una niña tienen el peso que les corresponde. Para calcularlo bien es necesario hacer unas correcciones aplicando unas tablas. Además, como se encuentran en una etapa clave, el control de su peso no puede tratarse a la ligera y por eso la posible desviación que se pudiera presentar la debería controlar un especialista.

Por todo lo dicho anteriormente, aunque el IMC no debe tomarse como un valor indiscutible, en el ámbito que nos movemos, merece mucha consideración, siempre que no quedemos incluidos en una de las excepciones especificadas. Por tanto, con limitaciones, pero en general, el IMC es muy aprovechable, aunque es recomendable que, si tras hacer el cálculo obtienes un valor que  te resulta extraño, hagas la consulta pertinente.

La mejor prueba de su interés es que los profesionales de la nutrición se apoyan en él,  aunque con  ayuda de otros índices y métodos para confirmar sus diagnósticos. Entre los otros índices destacan el de Brocca (al cual también hay que hacerle  correcciones) y el cintura-cadera. No hablaremos de ellos pero tienes mucha información y con buena accesibilidad en internet (pero también hay mucha mentira. Si lo  haces, infórmate del sitio de donde la recoges y contrástala antes de tomarla como cierta, o consúltanos que para eso estamos).

Hechas las anteriores precisiones, creemos  haber demostrado que el IMC está condicionado por los alimentos que comemos y hasta  por la forma en que nos relacionamos con ellos. Y por eso, en términos generales una persona sana que controla su alimentación y modifica su actividad física puede modificarlo y poseer, así, un cierto control sobre su peso. Hay multitud de estudios que apoyan el contenido de éste artículo y en concreto te queremos comentar dos. Pero como nos parece una tarea larga la abordaremos en las siguientes entradas.

1 Comment

  1. Hola…excelente articulo, es justo lo que
    necesito.. me sirvio mucho para aprender un poco más en internet, sigue de la
    misma forma :).

    Adios