Retomamos el tema de las consecuencias que se derivan para nuestra salud de una deficiente alimentación. con el propósito de convencer, a quien nos esté leyendo, de la importancia que tiene llevar una dieta equilibrada y de no abusar de aquellos alimentos que, tomados en exceso, puedan dañar nuestra salud. Aunque ya han quedado patentes las relaciones nutrientes-salud, añadiremos unas pocas más.
Es una enfermedad caracterizada por un aumento en la fragilidad de los huesos que da, como consecuencia, una mayor probabilidad de que se fracturen. Está muy extendida e infradiagnosticada y no suele dar síntomas hasta que ocurre el daño. Se da, sobretodo, en mujeres postmenopáusicas porque la disminución en la producción de las hormonas femeninas origina una disminución en sus efectos protectores. Hay causas de osteoporosis a cualquier edad, pero los relacionados con la alimentación son la intolerancia al gluten, la deficiencia de calcio y vitamina D por malnutrición y el alcohol, y los no relacionados, la diabetes tipo I y el sedentarismo. La práctica de ejercicio físico, antes y después de la menopausia, favorecen el mantenimiento óseo. Se puede luchar contra la osteoporosis tomando vitamina D y suplementos de calcio o alimentos que lo lleven, como la leche, pero hay estudios recientes que cuestionan la utilidad de esta práctica.
Es la consecuencia final del exceso de ácido úrico en la sangre. Además de la razones extraalimentarias, puede estar producido por consumir, de forma exagerada, carnes rojas, bebidas azucaradas y alcohol.
En el desarrollo de caries influyen muchos factores: higiene deficiente, falta de flúor en el agua potable, pero también tomar frecuentemente dulces y más si es fuera de las comidas.
El consumo excesivo de alimentos ricos en proteínas, puede dañar el riñón al sobrecargarse su funcionamiento. Esta situación era infrecuente hasta que han aparecido unos suplementos dietéticos, con alto porcentaje de proteínas, utilizados para mejorar el rendimiento durante la práctica deportiva. Por eso, no está de más recomendar precaución en la toma de esos suplementos y en el seguimiento de los consejos de ciertas personas.
Estos nutrientes suelen faltar por alimentación deficitaria, por lo general, se asocian deficiencias de varios de ellos a la vez, o por llevar una dieta desequilibrada. La falta de vitaminas provoca un problema de salud que depende de la función que tiene en el organismo la que está en déficit. La de vitamina A, por ejemplo, origina deficiencias en la visión, las de muchas de las otras, deprimen el sistema inmunitario y ocasionan un aumento en la probabilidad de sufrir infecciones. También la falta de minerales puede dar problemas diversos. El déficit de hierro suele acabar en anemia. Las personas que no toman suficiente yoduro en la alimentación, sufren bocio.
Los ejemplos que hemos visto ratifican que el exceso o defecto de nutrientes tiene efectos, positivos o negativos, sobre la salud. Presentamos, a continuación, una tabla que resume, esas relaciones, para los nutrientes que hemos tratado. Se representan en dos colores: el verde, significa que ejerce un efecto protector, y el rojo promotor de la posibilidad de la adquisición de una enfermedad. Si la celda aparece coloreada, la relación es evidente; si hay un interrogante, probable, si hay un asterisco, que el efecto se manifiesta en el caso de un consumo muy excesivo.
Conclusión:
Se puede concluir, después de lo que hemos visto, que es necesario adaptar, nuestra dieta, de manera que tomemos más cantidad de aquellos alimentos que fortalecen la salud y reducir la de aquellos que pueden promover la adquisición de enfermedades. Aunque la nutrición es una disciplina controvertida y sujeta a muchos cambios, tiene algunos conceptos ampliamente demostrados. Uno de ellos, es la bondad de la dieta mediterránea, como tenemos la oportunidad de comprobar, porque nos lo están repitiendo constantemente los medios de comunicación, dieta que, debido a presiones interesadas se está relegando. Si este es nuestro caso, debemos hacer el esfuerzo para recuperarla.
Características saludables de la Dieta mediterránea:
El alto consumo de vegetales origina que haya un alto consumo de fibra, tanto de frutas y verduras como de cereales si son integrales, que es responsable de una gran parte del efecto protector de éstos frente a cáncer colorrectal y que, la mayoría de la grasa que se consuma, lo sea en forma de ácidos grasos no saturados provenientes de pescado, aceite de oliva y frutos secos.
Además, la dieta mediterránea viene acompañada de unas buena costumbres culturales:
En la farmacia, podemos ayudarle a adoptar buenos hábitos alimentarios. Si te interesa, ven y hablamos
Por último también ha quedado patente la importancia de no llevar una vida sedentaria. Y cómo esto ya se escapa de nuestra actividad profesional, os dejamos, por sí queréis pegarle un vistazo, un enlace a una guía que fue publicada por el ministerio de Sanidad y que incide en la necesidad de realizar ejercicio físico.
En el siguiente artículo volveremos al tema de nutrientes y a ver cuáles son los objetivos de la nutrición.
Nota: Acabado este artículo, aparece el informe de la OMS, que habla sobre la relación entre cáncer, alimentos procesados y carnes rojas, hecho tras revisar una gran cantidad de trabajos científicos. Las conclusiones obtenidas están en línea con el texto de nuestro artículo anterior y con lo que aparece en la tabla que tienes más arriba.